Por Gerardo Pettet
Luego del primer gran paso que dimos en la madrugada de este viernes 15 de noviembre, que sin duda será largamente recordado en nuestra historia, es momento de levantar la cabeza y proyectar nuestra mirada en el Chile que queremos.
La voz de Chile fue escuchada, sin embargo, es hora que de manera transversal nos sentemos todos a trabajar en cada una de las justas y legítimas demandas que se promueven, para que nuestras autoridades puedan ir dándonos repuesta y entregándonos la dignidad que merecemos, por ello es que en paralelo a la agenda social que todos los sectores han comprometido trabajar, debemos asumir la seguridad pública como tarea de todos, ya no solo condenando la violencia, sino que aislándola por completo, por ello llamo a cada vecino y líder o dirigente que en la esfera en que se desenvuelvan podamos aterrizar con la mayor racionalidad posible estos objetivos, de modo tal de que nuestras autoridades puedan seguir avanzando en la confección y depuración de esta agenda que nos permitirá alcanzar la normalidad de nuestras vidas, pero ahora con una mejor calidad y dignidad.
Lo anterior debido a que si bien la clase política con este gran acuerdo por la paz y la nueva constitución no salda la deuda que existe por mayor justicia social, al menos si nos deja como lección que a través del diálogo y el respeto, si es posible asumir y construir los caminos que necesitamos para seguir creciendo como país.
Hoy el desafío es inmenso y no debemos perdernos, pienso que como sociedad nos toca solidarizar más que nunca con nuestros vecinos y asegurarnos de que nuestras convicciones no afecten a otro compatriota cuya realidad inmediata puede ser de gran desesperación producto del inevitable entorpecimiento de su ejercicio laboral, comercial y/o económico.
Finalmente agradezco a cada vecino que ha marchado respetuosamente, a cada carabinero que ha obrado con responsabilidad, a cada dirigente político y social que puso por delante el diálogo, la empatía y la razón. Por lo anterior es que debemos entregar paz para chile y eso sí que es tarea de todos, por lo cual pienso que debemos perfeccionar el mecanismo de manifestación por un proceso dialogantemente organizado, pues todos y cada uno de los cambios se deben proyectar prudentemente en el tiempo, con su priorización en una justa medida.