
Actualmente, a partir de un convenio entre la Universidad Austral de Chile y nuestro Municipio a través de su Área de Salud y que está vigente desde el 2018, hay 12 médicos/as becados/as en formación en la Universidad Austral de Chile, correspondientes a las promociones 2019 y 2020 distribuidos en los distintos equipos de salud de cabecera en el Centro de Salud Familiar CESFAM Dr. Jorge Sabat en sus sectores Llancahue, Antumalal y Lafquen Mapu, en el Centro Comunitario de Salud Familiar CECOSF Collico, en los CESFAMs Las Animas en los sectores 1 y 3, Angachilla en los sectores Araucaria, Canelo y Roble, Rural Niebla en los sectores Aitué e Inalaf. A partir del 1 de julio se sumará la promoción 2021, con 8 nuevos/as becados/as.
La Medicina Familiar (en el caso de la UACh: Medicina Familiar Comunitaria), es una especialidad que entiende la Atención Primaria de Salud APS como una estrategia para la atención y el desarrollo en salud. Como explica el jefe del Área de Salud Municipal, Dr. Andrés Wulf “es tremendamente valioso si pensamos en nuestro sistema de salud que declara que la APS es su pilar fundamental y nos inspiramos en Alma Ata. Además, desde ese enfoque es capaz de desplegarse en otras realidades, como la hospitalaria (por ej., la Dras. Puga y Malebran, que son médicas de familia), en gestión regional (las Dras. Brun, Herrmann y Barra son médicas de familia), o en el sistema privado. En nuestro CESFAM se desempeñan también médicos/as de familia ya formados ocupados de la clínica y la gestión e insertos en los diferentes equipos de trabajo, como la Dra. Marcela Morales y el Dr. Juan Carlos Cárdenas en el CESFAM Sabat, el gran aporte de las Dras. Claudia Roa y Marlys Acuña y el Dr. Pedro Yusef en el CESFAM Las Animas, las Dras. Scarlett Alcaino y Mirna Cabrena y el Dr. Leonardo Villarroel en el CESFAM Angachilla, y la Dra. Marcela Traub en el CESFAM Rural de Niebla, quien también se desempeña en el CESFAM Dr. Sabat”.
El perfil de los médicos de familia comprende el proceso salud enfermedad desde una mirada sistémica, dando valor a la complejidad biopsicosocial a lo largo del ciclo vital y logrando una alta resolutividad de los problemas de salud individuales y colectivos. Reconoce recursos y riesgos de las personas, familias y comunidades e intenta siempre anticiparse al daño, sabiendo trabajar en equipo, en red y con enfoque comunitario. Su principal herramienta es una relación médico paciente esencialmente ética y deliberativa, procurando el aprendizaje individual, colectivo y recíproco, para la mejora continua del desempeño propio y de los sistemas de cuidado.