Desde la U. San Sebastián, sede Valdivia, invitan a reflexionar y actuar ante una realidad compleja.
A fines del año pasado el Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) dio a conocer en la Estrategia Nacional de Drogas 2021-2030 que los escolares chilenos ocupan el primer lugar en América en consumo de tabaco, marihuana, cocaína y tranquilizantes, por lo que en el «Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas» Terapia Ocupacional USS Valdivia invitó a la comunidad a informarse.
Rubén Soto, director de la carrera de Terapia Ocupacional USS Valdivia, indicó que “además, el llamado es a ser conscientes del impacto del consumo desmedido de drogas y tranquilizantes, y a entender lo que nos motiva a persistir en esta conducta. Ahí podemos descubrir y gestionar de mejor manera este tipo de hábitos o eliminarlos de nuestro cotidiano”.
“Esta preocupación debe estar centrada en la entrega temprana de promoción y prevención en salud, donde las personas puedan aumentar el número de estrategias de afrontamiento frente a factores de riesgos, como un adecuado manejo de los conflictos emocionales, un conocimiento sobre los intereses y motivaciones”, sostuvo Soto, Magíster en Drogodependencias.
Junto con ello, el profesional recalcó que “además, se tienen que enriquecer los ambientes que promuevan estilos de vidas saludables, que incorporen actividad deportiva, autocuidado, ocio y participación social”.
Indicadores
En Chile se estima que hay unas 649 mil personas que tienen consumo problemático de drogas y alcohol. Y respecto a los escolares, existe un aumento el consumo de drogas químicas y de tranquilizantes sin receta médica, estos últimos consiguiéndolos en un 80% en el hogar.
Por lo mismo, como señala el académico Rubén Soto “es fundamental la familia como factor protector (…) Es un tema complejo de abordar, porque en este tipo de intervenciones se debe considerar una multiplicidad de factores, no sólo desde el ámbito punitivo y legal, debe tener una mirada salubrista y a largo plazo”.
“En la actualidad, los esfuerzos están asociados al trabajo interventivo y poco en promoción y prevención en salud. Esta realidad debe ser abordada desde temprana edad y a nivel sistémico. El consumo de drogas no sólo corresponde a una conducta individual y específica, está relacionada a los contextos donde participan las personas y cómo estos restringen o promueven ocupaciones significativas, que contribuyen a desarrollar la identidad de las personas”, remarcó el Terapeuta.
“Cuando hablamos de drogas estamos haciendo alusión a los hábitos y estilos de vida de las personas, los cuales contribuyen en su identidad y en las ocupaciones en las cuales participan. Sin duda, el consumo de drogas y la función que tiene para cada persona puede tener un impacto negativo en los intereses, motivaciones y desempeño de ellas”, explicó.