
Chile inicia el proceso para un tercer ensayo constitucional en menos de una década. El primero, liderado bajo la presidencia de Bachelet, fue frenado por el gobierno de Piñera. El segundo, canalizó institucionalmente la crisis política tras el estallido social y fue rechazado rotundamente por la ciudadanía en septiembre pasado y el tercero, este, que surge para dar continuidad al mandato de escribir una nueva Constitución. En este contexto, como Partido Radical de Chile, nos hemos planteado la mejor manera de abordar los anhelos de la ciudadanía que habita en nuestra patria, pensando siempre en la promesa que nuestro partido le ha hecho a los chilenos y chilenas en sus 160 años de vida: buscar el progreso social y popular del país con base en la libertad, igualdad y fraternidad.
Es por esta razón que apoyamos desde el inicio el gobierno del presidente Gabriel Boric en su alianza de gobierno, porque por nuestra historia y experiencia, podíamos aportar miradas diferentes a la que tenía su base de apoyo original.
Como señaló la ministra Toha, se hace necesario comenzar un segundo tiempo en la alianza de gobierno y por eso necesitamos un nuevo pacto en el Ejecutivo que refleje mejor nuestra amplitud, por lo cual creemos que, ante el inicio del nuevo proceso constituyente, se hace necesario establecer una lista propia como Socialismo Democrático para buscar al electorado que, creyendo en un rol más activo del Estado en la vida, por el motivo que sea, no se siente representado por los partidos de Apruebo Dignidad, especialmente en el contexto de la vuelta del voto obligatorio.
Esto no es cerrar la puerta a la unidad, tampoco es debilitar al gobierno porque nos mostremos divididos, sino para atraer a nuestro proyecto de gobierno a un electorado que quiere cambios profundos, radicales y transformadores, pero que también desea certezas en una época de inestabilidad.
Este electorado, qué producto de la polarización del último tiempo, se ha visto sin un referente claro y que, de no encontrarlo en nosotros, puede verse atraído a otras propuestas, que dicen ocuparse de los problemas de la gente, pero que en realidad usan sus banderas y necesidades como un discurso vacío, sin la intención de modificar de forma real las bases que sustentan la inequidad y desigualdad
Frente a todo esto, no debemos dejar que un proceso electoral que puede permitir aumentar nuestras bases de apoyo nos ciegue y haga perder de vista nuestra unidad. Es nuestro deber, más que nunca, profundizar en nuestras similitudes, pero también respetar y dar cabida a nuestras diferencias, para poder crear así más y mejores lazos de confianza.
Por Lorena Saldías Yáñez
Secretaria Nacional Partido Radical